Bruselas autoriza a ING a incumplir el plan original de saneamiento

http://www.expansion.com/2012/11/19/empresas/banca/1353317958.html


La Comisión Europea ha autorizado al banco holandés ING a
incumplir el plan original de reestructuración que se vio
obligado a aceptar en 2009 para que Bruselas autorizara en su
momento ayudas públicas de 15.000 millones de euros. A cambio,
la entidad deberá adoptar medidas compensatorias, como acelerar
y potenciar el crecimiento de uno de sus rivales de banca
minorista.

Este tipo de planes de restructuración son habituales entre
aquellos bancos que han recibido apoyo estatal durante la crisis
financiera. Estos obligan a las entidades a desinvertir, limitan
su agresividad comercial o fuerzan una reducción de tamaño. La
Comisión Europea tiene que autorizar antes de fin de mes los
planes de reestructuración de Bankia, CatalunyaCaixa,
NovaCaixaGalicia y Banco de Valencia), que obligarán a estos
bancos a adoptar medidas similares.

El caso de INGING recibió entre 2008 y 2009 cerca de 17.000
millones de euros en ayudas públicas, emitó 12.000 millones de
euros con aval público y un esquema de protección de activos
para una determinada cartera por valor de 26.000 millones de
euros. A cambio, se comprometió a remunerar apropiadamente al
Estado holandés por las inyecciones de capital y a desinvertir
en ciertos negocios.

Pero el Gobierno holandés anunció a principios de 2012 que
ciertas condiciones no se podían cumplir: "ING tuvo dificultades
para pagar la remuneración por el apoyo estatal y no pudo
desinvertir en Westland Utrecht Bank (WUB), tal y como se
preveía en 2009", asegura la Comisión.

"En su plan de restructuración corregido, ING se compromete a
devolver todas las ayudas públicas recibidas en 2015. La
Comisión ha aceptado prolongar la fecha límite para la
desinversión del negocio de seguros europeo de ING, dadas las
actuales dificultades del mercado y a las especificidades del
negocio de ING. También han sido modificadas los modos de
desinversión del negocio de seguros en EEUU".

Para compensar estas medidas, Bruselas prolonga ciertas
restricciones a la estrategia de ING. El banco holandés no podrá
realizar adquisiciones ni lanzar campañas comerciales demasiado
agresivas. Además, deberá vender su negocio asegurador holandés
y su filial WUB antes de 2015. sta será renombrada como NN Bank
y competirá con ING en el mercado hipotecario. Además, según la
Comisión "ING se ha comprometido a una serie de restricciones
encaminadas a asegurar el éxito comercial de NN Bank.

Los clientes de las subordinadas de Bankia pierden ya más que los de preferentes


10.10.2012 D.Badía    Expansión.com

No sólo los clientes de preferentes de las entidades nacionalizadas o que van a recibir dinero público pueden sufrir elevadas pérdidas, también los de subordinadas, en algunos casos incluso superiores. Así ocurre con Bankia y la deuda subordinada que colocó Bancaja en 2009 a través de la red por importe de 1.000 millones.

Ayer, estos títulos estaban cotizando al 29,35% o, lo que es lo mismo, con un descuento del 70,64%, según datos del SEND, la plataforma de renta fija para minoristas que lanzó BME en mayo de 2010. Sin embargo, las preferentes de Caja Madrid, de un volumen de 3.000 millones, lo hacían al 41,84% o con un descuento del 58,16%. La caja madrileña colocó además otros títulos subordinados el 7 de junio de 2010, de importe de 800 millones, que hasta ayer (44,15%) cotizaban por debajo de las preferentes.

Lo cierto es que la deuda perpetua que colocó la caja madrileña en 2009 ha registrado cierta mejora en las últimas semanas, puesto que llegaron a cotizar al 35% de su valor nominal el pasado 24 de septiembre. Lo contrario ha ocurrido con los títulos de Bancaja, que superaban el 40% a finales del mes pasado. Fuentes financieras indican que “normalmente la deuda subordinada debería cotizar por encima” y considera que los últimos movimientos de las preferentes se deben a “pura especulación”.

Algunos inversores, de hecho, podrían estar especulando con la quita final que se pueda aplicar a estos activos. En un principio, tal y como ha indicado el Ministro de Economía, Luis de Guindos, en varias ocasiones, el canje de preferentes y de subordinada se efectuará a precio de mercado más una diferencia máxima de un 10%.

Normalmente, la deuda subordinada debería estar cotizando con menos pérdidas que las preferentes, al tratarse de un activo con un riesgo inferior. Entre otros motivos, porque tienen un vencimiento prefijado.

Por ejemplo, las de Bancaja vencían el 6 de julio de 2019, es decir, tenían una vida de diez años. Ofrecían una rentabilidad del 7,25% hasta 2014 y, a partir de entonces, euribor a 3 meses más el 3,9%. Las preferentes, por su parte, remuneraban (se ha dejado de pagar el cupón) el 7% anual. Sin embargo, son perpetuas.

No sólo los clientes de Bankia se verán afectados por la restructuración financiera, también los de Catalunya Banc y NCG Banco. Por ejemplo, la antigua Caixa Galicia, ahora en NCG, tiene cuatro emisiones de subordinadas y que cotizan en el SEND a precios de entre el 80,72% y el 89,99%, y otras tres de preferentes, a entre el 45% y el 64,9%.

El SEND pone a disposición esta información sobre precios en su boletin diario publicado en su página web.

 

La fiscalidad de los seguros de vida.

Fiscalidad de las aportaciones o primas satisfecha

Las aportaciones a cualquier seguro de vida no gozan de ninguna deducción, ni minoración en la base imponible del IRPF, con la excepción de los PPA, cuyas primas se consideran una reducción de los rendimientos del trabajo, hasta determinados límites.

Fiscalidad de las prestaciones en los seguros de vida

 Las prestaciones derivadas de un contrato de seguro pueden ser objeto de diferentes impuestos, dependiendo de la contingencia producida y de los elementos personales del mismo.

•Cuando el tomador del seguro no es la misma persona que el beneficiario, la tributación corresponde al Impuesto de Sucesiones y Donaciones.
•Cuando el tomador del seguro sí es la misma persona que el beneficiario, la tributación corresponde al IRPF.


Prestaciones en forma de capital (si el tomador y el beneficiario son la misma persona).

•Cuando se percibe la prestación del seguro en forma de capital (un pago único) se considera un rendimiento de capital mobiliario que se integrará en la base imponible del ahorro, tributando los primeros 6.000 € al 19% y a partir de 6.000 € al 21%.
•El importe del rendimiento será la diferencia entre el capital percibido y la totalidad de las primas satisfechas.
•La aseguradora practica una retención del 19% sobre el rendimiento.
•Al rendimiento generado por la prima no se le aplica reducción alguna.

Como excepción, existe un Régimen Transitorio para los contratos de seguros de vida de capital diferido: a las primas satisfechas antes del 31 de diciembre de 1994 que se hubieran generado antes del 20 de enero de 2006, se les podrá aplicar una reducción del 14,28% por cada año que exceda de dos, entre el abono de la prima y el 31-12-1994.



Prestaciones en forma de rentas (si el tomador y el beneficiario son la misma persona)

Las percepciones en forma de rentas se consideran rendimientos del capital mobiliario que se integrarán en la base imponible del ahorro, tributando al 19%.
Para rentas temporales se considerará rendimiento del capital mobiliario el resultado de aplicar a cada anualidad unos porcentajes establecidos en función de los años de duración de la renta:


Reducciones para rentas temporales

Duración de la renta    Porcentaje a tributar
Menor o igual a 5 años 12%
Superior a 5 años e inferior o igual a 10 años 16%
Superior a 10 años e inferior o igual a 15 años 20%
Superior a 15 años 25%


Para rentas vitalicias inmediatas, se considerará rendimiento del capital mobiliario el resultado de aplicar a cada anualidad unos porcentajes que dependen de la edad que tuviera el beneficiario en el momento de la constitución de la renta:

Reducciones para rentas vitalicias
Edad en el momento de constitución de la renta   Porcentaje de la anualidad percibida a incluir como rendimiento de capital mobiliario
Menores de 40 años 40%
Entre 40 y 49 años 35%
Entre 50 y 59 años 28%
Entre 60 y 65 años 24%
Entre 66 y 69 años 20%
Más de 70 años 8%


Para rentas diferidas, una vez determinado el rendimiento de capital mobiliario calculado de acuerdo a los porcentajes aplicables a las rentas temporales o vitalicias ya indicados, se incrementará en la rentabilidad obtenida hasta el momento de la constitución de la renta.

Mención especial merecen la tributación de las prestaciones derivadas de los PPA y los PIA:

Las prestaciones que se cobran en la jubilación por los PPA tributan como rendimientos de trabajo.

En los PIA, cuando se cobra la prestación como renta vitalicia los rendimientos generados (la diferencia entre valor de la renta en el momento de percibirla y la suma de las primas satisfechas) están totalmente exentos de impuestos, siempre que se cumplan los siguientes requisitos:

•Que el cobro de la renta empiece como mínimo diez años más tarde que el pago de la primera prima.
•Que el tomador del seguro, asegurado y beneficiario sean la misma persona.
•Las primas pagadas no superen los siguientes límites: por un lado, de 8.000€ anuales; y por otro lado, de 240.000€ totales.



Planes de pensiones y Planes de previsión asegurados

Los planes de pensiones individuales son contratos en virtud de los cuales se efectúan aportaciones que se van acumulando y quedan permanentemente invertidas en activos financieros, con la finalidad de ir constituyendo un ahorro (derechos consolidados) para el cobro de prestaciones cuando se produzcan las contingencias previstas (jubilación, fallecimiento, incapacidad laboral, dependencia, etc.).
Sujetos que intervienen

•El promotor del plan: Es la persona que insta la constitución del plan. En los planes de pensiones individuales, el promotor es una entidad de carácter financiero (entidades de crédito, compañías de seguros, entidades gestoras de fondos de pensiones, empresas de servicios de inversión, sociedades gestoras de instituciones de inversión colectiva).
•El partícipe: es la persona física en cuyo interés se crea el plan, y que realiza las aportaciones.
•El beneficiario: es la persona física que tiene derecho a recibir las prestaciones, haya sido o no el partícipe.
Aportaciones
Las aportaciones son las cantidades de dinero que se van realizando al Plan. El partícipe tiene mucha flexibilidad para fijar la cuantía y periodicidad de las aportaciones, por lo que se trata de un producto accesible a cualquier economía. Se suele permitir que el partícipe realice aportaciones periódicas de cuantía determinada mediante domiciliación bancaria (mensual, trimestral…) pudiendo suspenderlas o modificarlas cuando desee, así como realizar aportaciones extraordinarias.

Con carácter general, el límite máximo anual de aportaciones es de 10.000 € para partícipes menores de 50 años o de 12.500 € para los de 50 años o mayores. Estos límites máximos son aplicables para el conjunto de todos los planes de pensiones que puede tener el partícipe, incluyendo los planes de pensiones de empleo. Es decir, el total de las aportaciones realizadas a todos los planes, tanto por el partícipe como por el promotor, no puede superar 10.000 € /año 12.500 € en caso de tener 50 años o más.

Asimismo existe un régimen especial para personas con discapacidad que tengan una minusvalía física o sensorial de, al menos, el 65%, o una minusvalía psíquica de, al menos, el 33%, o bien discapacitados con incapacidad declarada judicialmente cualquiera que sea el grado de minusvalía.

Se permiten aportaciones del propio partícipe discapacitado, así como aportaciones realizadas a su favor por sus parientes en línea directa o colateral hasta el tercer grado inclusive, por el cónyuge del discapacitado o por personas que le tuviesen a su cargo en régimen de tutela o acogimiento.

Las aportaciones anuales máximas a planes de pensiones realizadas a favor de una persona con discapacidad, incluyendo sus propias aportaciones, no podrán superar la cantidad de 24.250 euros.
Contingencias
El objetivo de los Planes de Pensiones es acumular un capital a largo plazo para cubrir cualquiera de las siguientes contingencias:

•Jubilación: Acceso efectivo a la jubilación en el régimen de Seguridad Social correspondiente, ya sea a la edad ordinaria, anticipada o posteriormente.
•Incapacidad laboral del partícipe: Incapacidad permanente total para la profesión habitual, absoluta y permanente para todo trabajo o gran invalidez, según los criterios de la Seguridad Social.
•Fallecimiento del partícipe o beneficiario: Puede dar derecho a prestaciones de viudedad, orfandad o a favor de otras personas designadas.
•Dependencia severa o gran dependencia: Cuando, por pérdida de autonomía mental o física, se necesita la asistencia continua de otra persona para realizar actividades básicas de la vida diaria.
Cuando se produce cualquier de estas contingencias, el beneficiario tiene derecho a recibir una prestación, que es compatible con las prestaciones y pensiones públicas a las que pudiera tener derecho.

Prestaciones
Las prestaciones de los planes de pensiones son dinerarias y pueden ser en  forma de capital (es decir, la percepción de un pago único); de renta (percepción de dos o más pagos sucesivos con periodicidad regular, incluyendo al menos un pago en cada anualidad); prestaciones mixtas (que combinen rentas y capital) o prestaciones distintas de las anteriores en forma de pagos sin periodicidad regular.

La opción de renta a su vez puede ser vitalicia (pagos durante el resto de la vida del beneficiario) o temporal (pagos periódicos durante un tiempo determinado).

Nota: Después de la reforma fiscal de 2007, resulta más aconsejable, desde el punto de vista fiscal, recibir la prestación en forma de renta.

La cuantía de la prestación estará en función de los “derechos consolidados”, que son el importe acumulado de las aportaciones realizadas por el partícipe más los rendimientos generados (rentabilidad).
Fiscalidad
Entre los mayores atractivos de los planes de pensiones son sus grandes ventajas fiscales. Todas las aportaciones realizadas podrán reducirse en la base imponible del IRPF (el ahorro fiscal se produce en el mismo año en el que se realizan las aportaciones). Existen límites máximos de reducción:
Límites máximos de reducción Con carácter general     A favor de personas con discapacidad
Menor de 50 años Igual o mayor de 50 años Realizados por el propio minusválido Realizados por terceros
El menor de:

•10.000 € / año
•30% de la suma de rendimientos netos de trabajo y de Actividades Económicas
 El menor de:

•12.500 € / año
•50% de la suma de rendimientos netos de trabajo y de Actividades Económicas
 24.250 € / año 10.000/año
Respecto a las aportaciones realizadas a planes de pensiones constituidos en favor de personas con discapacidad, hay que aclarar que el conjunto de deducciones practicadas por todas las personas que realicen aportaciones, incluidas las de la propia persona discapacitada, no podrán exceder de 24.250 euros anuales.

También existe la posibilidad de aportar al plan de pensiones del cónyuge y poder deducirse hasta 2.000 € de la declaración del propio aportante, siempre y cuando el cónyuge no obtenga rendimientos netos del trabajo ni de actividades económicas superiores a 8.000 €.

Por lo tanto, las aportaciones representan un ahorro fiscal muy importante.

Por el contrario, cuando se percibe la prestación, sea en forma de capital o de renta, se considera todo (aportaciones más rentabilidad) rendimientos de trabajo, sujetos a retención. Estos rendimientos se integrarán en la base imponible general del beneficiario, tributando a la escala general de gravamen.

Vemos que la ventaja fiscal de los planes de pensiones es el aplazamiento de los impuestos hasta el momento de la jubilación, cuando los ingresos normalmente son inferiores. Sigue siendo una ventaja significativa. Es “pájaro en mano”, dinero que, en vez de pagarse a Hacienda, trabaja para usted, generando intereses durante años.

Guía para evitar los errores al invertir




Obviar los riesgos y cegarse por altas rentabilidades, no diversificar correctamente, ignorar los costes, dejarse llevar por modas y no cortar las pérdidas son prácticas letales para los ahorros del inversor.
No hay rentabilidad atractiva sin asumir riesgos. Es lo que tiene que tener claro el inversor antes de lanzarse a lo que cree que son gangas. Ya sea al invertir en bolsa, al contratar un depósito, pagarés, bonos o cualquier otro producto, primero hay que encontrar respuesta a muchas preguntas. Los errores pueden salir muy caros. Las pautas a seguir:
1. Fijar un rumbo. La clave es tener un plan porque ayuda a que las decisiones sean más sensatas. “Cada inversor tiene una rentabilidad objetiva. Para calcularla la fórmula es la siguiente: A lo que quieres le tienes que quitar lo que tienes (por salario y ahorrado ) y lo que esperas tener (por salario).
La diferencia es lo que le debes pedir a tu inversión”, explica Enrique Borrajeros, de Abante Asesores. Facilita el camino para buscar la combinación ideal de activos para depositar los ahorros. “Dependerá de la carrera profesional, la situación familiar, si va a necesitar el dinero a medio o largo plazo, etcétera”, afirma el experto.
2. Ir más allá de la rentabilidad. No hay que dejarse llevar por los cantos de sirena. El inversor millonario estadounidense Warren Buffett dice que si después de media hora de jugar al póquer no sabes quién es el pardillo es que eres tú.
“Cuando nos ofrezcan un producto con una rentabilidad muy alta hay que plantearse qué hay detrás. Quién es el gestor, cuáles son los riesgos que se asume, si me puedo salir a medio camino y qué consecuencias tiene”, explica Borja Durán, presidente de CFA España y consejero delegado de Wealth Solutions. “Si sólo miras la rentabilidad dejas de ver el riesgo”, añade. Que se lo digan a los inversores de los pagarés de Rumasa, que se dejaron encandilar por rentabilidades del 8% que se han convertido en cero y adiós a la inversión.
3. Contemplar los costes. Una cartera moderadamente diversificada puede obtener una rentabilidad del 5%-6%. Pero si le restas el 3% de inflación y un 2% de gastos, la realidad es que se ha comido la mitad de la rentabilidad real de las inversiones.
Estar en liquidez tampoco es una buena estrategia. “Estar renovando un depósito al 4%, por ejemplo, supone una rentabilidad efectiva del 1% una vez que le descuentas la inflación y los impuestos. Para duplicar tu capital tienes que estar 50 años”, explica Borrajeros. Otros productos también tienen sus devoradores de rentabilidad. Las comisiones de compra y venta de valores y las tasas de los fondos pueden restar atractivo a una inversión que, a priori, parece interesante.
4. No despreciar los riesgos. “Asumir riesgo no es malo, lo preocupante es no entenderlo o no saber gestionarlo”. Hasta hace poco se han despreciado muchos riesgos a la hora de invertir, algunos tan obvios como el de crédito, es decir, que la entidad no pague.
En renta fija la solvencia es importante. Hay que conocer quién avala el producto en el que se invierte, si es la propia entidad que lo emite o no. También es crucial ver quién lo valora, quién le pone precio, según Borrajeros. Un caso claro han sido en las emisiones de preferentes.
Por un lado, se han distribuido muy mal y las tienen personas que no sabían donde invertían. Por otro, en este caso el que daba contrapartida en el mercado era la propia entidad financiera que las vendió en su red de oficinas. “Si el que te lo vende es el que pone el precio debes saber que el riesgo es alto”, afirma.
5. Diversificar correctamente. No poner los huevos en la misma cesta es una máxima muy conocida al invertir en bolsa. Lo peor es que hay gente que cree que diversifica porque tiene su dinero repartido en Santander, BBVA, Popular e Iberdrola, por ejemplo. “Eso no es diversificar hay que repartir el riesgo por países, por sectores, por activos”, aconseja Durán.
Y no solo para el que invierte en bolsa. “Hay quién tiene todos sus ahorros ligados a una entidad a través de distintas fórmulas como acciones, preferentes, convertibles y pagarés”, apunta el experto de Abante. Si en una cartera todo sube o baja a la vez es un síntoma de que no está diversificando correctamente.
6. No ser víctima de las modas. A la hora de invertir seguir las modas suele ser un error, sobre todo para el pequeño inversor. Suele llegar tarde, lo que hace que compre caro y se quede atrapado en inversiones que no vuelven a recuperarse. En bolsa los casos son claros.
Pasó con las punto.com en el año 2000, años más tarde con las inmobiliarias y después con las compañías de energías renovables. Las acciones de estas empresas alcanzaron precios que nunca volvieron a recuperar. De las salidas a bolsa que se produjeron a partir de 2005 muchas compañías se fusionaron, dejaron de cotizar o sufren caídas de más del 80%, como Solaria, Realia y Renta Corporación. “Ahora la moda está en el oro y la renta fija”, advierte Durán.
7. Cortar las pérdidas. El error de si no vendo no pierdo. Reconocer las pérdidas cuesta y muchos inversores se resisten a aceptar que se equivocaron con un valor. Lo razonable es fijar un límite máximo de pérdida a partir del cual se debería desprender de la inversión para destinar el dinero que queda a otras propuestas con las que obtener más rentabilidad. Pero hay gente que prefiere aguantar pérdidas superiores al 96%, que es lo que caen algunas inmobiliarias como Fergo Aisa, Colonial, Quabit, Urbas y Metrovacesa desde el máximo del Ibex en noviembre de 2007.
8. Controlar las emociones. Dejarse llevar por las emociones suele tener una consecuencia clara en bolsa: comprar caro y vender barato. En momentos de pánico se sobrerreacciona y esto hace que se venda al peor precio.
Pasó en marzo de 2009, cuando el Ibex bajó a los 6.817 puntos y la banca cotizaba en mínimos, antes de rebotar. Del mismo modo, en situaciones de euforia, cuando el pequeño inversor decide montarse al carro alcista, llega tarde y paga un precio excesivo, como con la burbuja tecnológica. “Cuando se actúa de forma irracional contar con una persona que te asesore es crucial”, indica Borrajeros.
9. Distinguir valor y precio. Que una acción cotice a un precio bajo por nominal no significa que esté barata. Una empresa a 100 euros puede estar más barata que otra a 1 euro según cómo sea el capital de la compañía, su balance y sus previsiones de resultados. Además, una cosa es cómo se valora una empresa por razones fundamentales y otra a cómo pueda cotizar. “Entran otras variables, como la psicología de los inversores y los flujos de dinero. El mercado puede estar muy irracional durante mucho tiempo. Al final, si compras caro será muy difícil rentabilizar tu inversión.
10. No endeudarse para invertir. Tomar prestado dinero para invertir aumenta el riesgo de la inversión, porque puede que no nos vaya bien y necesitemos más dinero del estipulado en un principio, y no tengamos capacidad para devolverlo.

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Guía para evitar los errores al invertir

18.03.2012 C. Rosique 1

Obviar los riesgos y cegarse por altas rentabilidades, no diversificar correctamente, ignorar los costes, dejarse llevar por modas y no cortar las pérdidas son prácticas letales para los ahorros del inversor.

No hay rentabilidad atractiva sin asumir riesgos. Es lo que tiene que tener claro el inversor antes de lanzarse a lo que cree que son gangas. Ya sea al invertir en bolsa, al contratar un depósito, pagarés, bonos o cualquier otro producto, primero hay que encontrar respuesta a muchas preguntas. Los errores pueden salir muy caros. Las pautas a seguir:

1. Fijar un rumbo. La clave es tener un plan porque ayuda a que las decisiones sean más sensatas. “Cada inversor tiene una rentabilidad objetiva. Para calcularla la fórmula es la siguiente: A lo que quieres le tienes que quitar lo que tienes (por salario y ahorrado ) y lo que esperas tener (por salario).

La diferencia es lo que le debes pedir a tu inversión”, explica Enrique Borrajeros, de Abante Asesores. Facilita el camino para buscar la combinación ideal de activos para depositar los ahorros. “Dependerá de la carrera profesional, la situación familiar, si va a necesitar el dinero a medio o largo plazo, etcétera”, afirma el experto.

2. Ir más allá de la rentabilidad. No hay que dejarse llevar por los cantos de sirena. El inversor millonario estadounidense Warren Buffett dice que si después de media hora de jugar al póquer no sabes quién es el pardillo es que eres tú.

“Cuando nos ofrezcan un producto con una rentabilidad muy alta hay que plantearse qué hay detrás. Quién es el gestor, cuáles son los riesgos que se asume, si me puedo salir a medio camino y qué consecuencias tiene”, explica Borja Durán, presidente de CFA España y consejero delegado de Wealth Solutions. “Si sólo miras la rentabilidad dejas de ver el riesgo”, añade. Que se lo digan a los inversores de los pagarés de Rumasa, que se dejaron encandilar por rentabilidades del 8% que se han convertido en cero y adiós a la inversión.

3. Contemplar los costes. Una cartera moderadamente diversificada puede obtener una rentabilidad del 5%-6%. Pero si le restas el 3% de inflación y un 2% de gastos, la realidad es que se ha comido la mitad de la rentabilidad real de las inversiones.

Estar en liquidez tampoco es una buena estrategia. “Estar renovando un depósito al 4%, por ejemplo, supone una rentabilidad efectiva del 1% una vez que le descuentas la inflación y los impuestos. Para duplicar tu capital tienes que estar 50 años”, explica Borrajeros. Otros productos también tienen sus devoradores de rentabilidad. Las comisiones de compra y venta de valores y las tasas de los fondos pueden restar atractivo a una inversión que, a priori, parece interesante.

4. No despreciar los riesgos. “Asumir riesgo no es malo, lo preocupante es no entenderlo o no saber gestionarlo”. Hasta hace poco se han despreciado muchos riesgos a la hora de invertir, algunos tan obvios como el de crédito, es decir, que la entidad no pague.

En renta fija la solvencia es importante. Hay que conocer quién avala el producto en el que se invierte, si es la propia entidad que lo emite o no. También es crucial ver quién lo valora, quién le pone precio, según Borrajeros. Un caso claro han sido en las emisiones de preferentes.

Por un lado, se han distribuido muy mal y las tienen personas que no sabían donde invertían. Por otro, en este caso el que daba contrapartida en el mercado era la propia entidad financiera que las vendió en su red de oficinas. “Si el que te lo vende es el que pone el precio debes saber que el riesgo es alto”, afirma.

5. Diversificar correctamente. No poner los huevos en la misma cesta es una máxima muy conocida al invertir en bolsa. Lo peor es que hay gente que cree que diversifica porque tiene su dinero repartido en Santander, BBVA, Popular e Iberdrola, por ejemplo. “Eso no es diversificar hay que repartir el riesgo por países, por sectores, por activos”, aconseja Durán.

Y no solo para el que invierte en bolsa. “Hay quién tiene todos sus ahorros ligados a una entidad a través de distintas fórmulas como acciones, preferentes, convertibles y pagarés”, apunta el experto de Abante. Si en una cartera todo sube o baja a la vez es un síntoma de que no está diversificando correctamente.

6. No ser víctima de las modas. A la hora de invertir seguir las modas suele ser un error, sobre todo para el pequeño inversor. Suele llegar tarde, lo que hace que compre caro y se quede atrapado en inversiones que no vuelven a recuperarse. En bolsa los casos son claros.

Pasó con las punto.com en el año 2000, años más tarde con las inmobiliarias y después con las compañías de energías renovables. Las acciones de estas empresas alcanzaron precios que nunca volvieron a recuperar. De las salidas a bolsa que se produjeron a partir de 2005 muchas compañías se fusionaron, dejaron de cotizar o sufren caídas de más del 80%, como Solaria, Realia y Renta Corporación. “Ahora la moda está en el oro y la renta fija”, advierte Durán.

7. Cortar las pérdidas. El error de si no vendo no pierdo. Reconocer las pérdidas cuesta y muchos inversores se resisten a aceptar que se equivocaron con un valor. Lo razonable es fijar un límite máximo de pérdida a partir del cual se debería desprender de la inversión para destinar el dinero que queda a otras propuestas con las que obtener más rentabilidad. Pero hay gente que prefiere aguantar pérdidas superiores al 96%, que es lo que caen algunas inmobiliarias como Fergo Aisa, Colonial, Quabit, Urbas y Metrovacesa desde el máximo del Ibex en noviembre de 2007.

8. Controlar las emociones. Dejarse llevar por las emociones suele tener una consecuencia clara en bolsa: comprar caro y vender barato. En momentos de pánico se sobrerreacciona y esto hace que se venda al peor precio.

Pasó en marzo de 2009, cuando el Ibex bajó a los 6.817 puntos y la banca cotizaba en mínimos, antes de rebotar. Del mismo modo, en situaciones de euforia, cuando el pequeño inversor decide montarse al carro alcista, llega tarde y paga un precio excesivo, como con la burbuja tecnológica. “Cuando se actúa de forma irracional contar con una persona que te asesore es crucial”, indica Borrajeros.

9. Distinguir valor y precio. Que una acción cotice a un precio bajo por nominal no significa que esté barata. Una empresa a 100 euros puede estar más barata que otra a 1 euro según cómo sea el capital de la compañía, su balance y sus previsiones de resultados. Además, una cosa es cómo se valora una empresa por razones fundamentales y otra a cómo pueda cotizar. “Entran otras variables, como la psicología de los inversores y los flujos de dinero. El mercado puede estar muy irracional durante mucho tiempo. Al final, si compras caro será muy difícil rentabilizar tu inversión.

10. No endeudarse para invertir. Tomar prestado dinero para invertir aumenta el riesgo de la inversión, porque puede que no nos vaya bien y necesitemos más dinero del estipulado en un principio, y no tengamos capacidad para devolverlo.

1 » comentarios:

JavierReinoso

#1 19.mar.2012 | 10:31

La mejor estrategia es la que usaba J. P. Morgan: http://EzineArticles.com/536820 "To become a millionaire takes luck, he said. To become a billionaire takes good astrology." Estos dias pasados ha habido Venus conjuncion Jupiter, algo de optimismo, para el 29 Marzo Sol conjuncion Urano cuadrado a Pluton, totalmente diferente... Haya ustedes, pero si quieren ganar en bolsa, sigan a Morgan... Los que sabiamos, sabiamos que se venia una crisis, y sabiamos, lo mas importante, cuando caeria, nos salimos a tiempo, y salimos ganando... Haya cada cual...

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